domingo, 1 de diciembre de 2013

COMENTARIO CUADRO "LOS COMUNEROS" DE ANTONIO GISBERT


COMENTARIO CUADRO “LOS COMUNEROS” DE ANTONIO GISBERT

El cuadro, pintado por Antonio Gisbert, en 1860, representa la ejecución de Los Comuneros tras su derrota en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Es un cuadro realizado dentro del estilo Romántico que trata de ilustrar la ejecución sumaria de los tres líderes de la revuelta comunera: Juan Bravo, Juan Padilla y Francisco Maldonado.

Aunque la ciudad de Toledo proseguiría la lucha un año más, hasta febrero de 1522, lo cierto es que la derrota de Villalar representó el fin de la primera gran revolución ciudadana a la que se debió enfrentar el emperador Carlos V a lo largo de su reinado.

La Guerra de las Comunidades de Castilla fue el levantamiento armado de los denominados comuneros, acaecido en la Corona de Castilla desde el año 1520 hasta 1522, es decir, a comienzos del reinado de Carlos I. Las ciudades protagonistas fueron las del interior castellano, situándose a la cabeza del alzamiento las de Toledo y Valladolid.

El levantamiento se produjo en una situación de inestabilidad política en la corona de Castilla, que se arrastraba desde la muerte de Isabel la Católica (1504). En octubre de 1517, el rey Carlos I llegó a Asturias, proveniente de Flandes, donde se había autoproclamado rey de sus posesiones hispánicas en 1516. A las Cortes de Valladolid de 1518 llegó sin saber hablar apenas castellano y trayendo consigo un gran número de nobles y clérigos flamencos como Corte, lo que produjo recelos entre las élites sociales castellanas, que sintieron que su advenimiento les acarrearía una pérdida de poder y estatus social.

Las demandas fiscales, coincidentes con la salida del rey para la elección imperial en Alemania (Cortes de Santiago y La Coruña de 1520), produjeron una serie de revueltas urbanas que se coordinaron e institucionalizaron, encontrando un candidato alternativo a la corona en la reina propietaria de Castilla: la madre de Carlos, Juana. Tras prácticamente un año de rebelión, se habían reorganizado los partidarios del emperador (particularmente la alta nobleza y los territorios periféricos castellanos, como Andalucía) y las tropas imperiales asestaron un golpe casi definitivo a las comuneras en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Allí mismo, al día siguiente, se decapitó a los líderes comuneros (Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado). El ejército comunero quedaba descompuesto.

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