jueves, 18 de febrero de 2016

TEMA 11 HISTORIA DE ESPAÑA COMENTARIO DE TEXTO


            “Señora: Los generales, brigadieres, coroneles y demás jefes que suscriben, fieles súbditos de V.M llegan a los pies del trono y con profunda veneración exponen que defendieron siempre el augusto trono de V.M a costa de su sangre, y ven hoy con dolor que vuestros ministros responsables, exentos de moralidad y de espíritu de justicia, huellan las leyes y aniquilan una nación harto empobrecida, creando al propio tiempo con el ejemplo de sus actos una funesta escuela de corrupción para todas las clases del Estado.              
            Tiempo ha Señora, que los pueblos gimen bajo la más dura administración sin que se respete por los consejeros responsables de V.M un solo artículo de la Constitución; lejos de esto, se les ve persiguiendo con crueldad a los hombres que mayores servicios han prestado a la causa de V.M y las leyes solo por haber emitido su voto con lealtad y franqueza en los cuerpos colegisladores.
            La prensa, esa institución encargada de discutir los actos administrativos y derramar la luz en todas las clases se halla encadenada, y sus más ilustres representantes ahogan su voz en el desierto los unos y los otros protegidos por alguna mano amiga, viven ocultos y llenos de privaciones, para librarse de la bárbara persecución que esos hombres improvisados han resuelto contra todos.
            Los gastos públicos, que tantas lágrimas y tanto sudor cuestan al infeliz contribuyente, se aumentan cada día y a cada hora, sin que nada baste para saciar la sed del oro que a esos hombres domina; así, mientras ellos aseguran su porvenir con tantas y tan repartidas exacciones, los contribuyentes ven desaparecer el resto de sus modestas fortunas. (…).
            No ha sido tampoco el ejército el que menos humillaciones ha recibido: generales de todas graduaciones, hombres envanecidos en la honrosa carrera de armas, que tantas veces han peleado a favor su Reina, viven en destierros injustificables, haciéndoles apurar allí hasta el último resto del sufrimiento y presentándoles a los ojos de V.M como enemigos de su trono.
            Tantos desmanes, Señora, tanta arbitrariedad, tan inauditos abusos, tanta dilapidación, era imposible que a los leales españoles se hiciera soportable por más tiempo, y por eso hemos saltado a defender incólumes el trono de V.M, la Constitución de la Monarquía que hemos jurado guardar y los intereses de la nación en fin.
            (…) Guarde Dios dilatados años la importante vida de V.M



            Pronunciamiento del General O’Donnel (1854) 

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