Los fusilamientos del 3 de Mayo
1814
Lienzo. 2,66 x 3,45
Museo del Prado, Madrid.
1814
Lienzo. 2,66 x 3,45
Museo del Prado, Madrid.
El lienzo Los fusilamientos
del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid es uno de los más
altos logros de la pintura española y, probablemente, uno de los hitos también
de la pintura universal.
Se sabe que Goya observó estos
cruentos episodios desde su quinta y que tomó apuntes la misma noche en que
acontecieron los hechos, de donde proviene el extraordinario realismo de su
pintura y su profunda sinceridad. Así lo testimonió su criado Isidro, que dejó
para la posteridad una curiosa narración de los hechos, a la vez emotiva y
vibrante: "Desde esta misma ventana vio mi amo los fusilamientos con un
catalejo en la mano derecha y un trabuco cargado con un puñado de balas en la
izquierda. Si llegan a venir los franceses por aquí, mi amo y yo somos otros
Daoiz y Velarde." Isidro contó también que al acercarse la media noche
Goya le ordenó que cogiese el trabuco y le siguiese: "Fuimos a la montaña
del Príncipe Pío, donde aún estaban insepultos los pobres fusilados. Era noche
de luna, pero como el cielo estaba lleno de negros nubarrones tan pronto hacía
claro como oscuro. Los pelos se me pusieron de punta cuando vi que mi amo, con
el trabuco en una mano y la cartera en la otra, me guiaba hacia los muertos”.
En el lienzo se representa los
fusilamientos del 3 de mayo, consecuencia del levantamiento popular del dos de
mayo de 1808, contra la ocupación francesa de la península Ibérica y ante la
situación de incertidumbre política que había dejado el Motín de Aranjuez unas
semanas antes.
El levantamiento fue reprimido en
Madrid por las fuerzas napoleónicas aunque este se extendió por todo el país en
el marco de una campaña que clamaba por el enfrentamiento armado contra los
franceses y a favor de una España sin la presencia de estos. Poco a poco los
resistentes fueron cayendo o fueron apresados. Tras controlar la revuelta, el
general francés Murat se propuso llevar a cabo una feroz represión. En la tarde
del 2 de mayo se firmó un decreto por el que se creaba una comisión militar,
con el fin de sentenciar a muerte a todos los que hubiesen sido apresados con
armas en la mano. El decreto decía: “Serán arcabuceados todos cuantos durante
la rebelión han sido presos con armas”. El Salón del Prado y los campos de La
Moncloa fueron los principales escenarios de los fusilamientos. Centenares de
participantes en la revuelta fueron fusilados. Se estima que unos mil españoles
murieron durante el levantamiento y en los posteriores fusilamientos. Sin lugar
a dudas este lienzo de Goya sintetiza la represión francesa a la que fue
sometido el pueblo español a lo largo de la Guerra de la Independencia.